domingo, 18 de marzo de 2012

UNA ESCAPADITA, LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS, GRAN ESPECTACULO Y GOOD VIBRATIONS

Esta entrada la tenía aparcada desde hace tiempo, pero creo que merece la pena publicarla.
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Pues sí... un capricho, considerémoslo una recompensa al esfuerzo diario. El pasado 6 de abril me di una escapadita cultural a Tenerife para volver a ver en directo a los incomparables Les Luthiers que presentaban nuevo espectáculo y nuevo instrumento.

¡Ay que ver! Con las nuevas tecnologías lo haces todito desde casa, sin tener que aguantar colas ni desplazamientos. Comprar las entradas, sacar los billetes de barco, reservar habitación en el hotel... todo a un clic, una gran ventaja si, con los años te conviertes en alguien como yo, una intolerante de los malos modos y la poca educación.


Fuimos mi amiga V. (yo como los de gossip girl, solo iniciales) y yo, y prometía ser lo que resultó ser, una escapada super divertida. Nada más salir de casa empezamos a darle a la sinhueso y no paramos de hablar en todo el día.

Camino de Agaete, donde tomaríamos el barco rumbo a Chicharrolandia (que no se ofendan los tinerfeños) nos pusimos al día de los últimos acontecimientos y justo al subirnos al barco se me disparó la alarma anti-críos, pues había un grupito de preadolescentes que tenían toda la pinta de darme el viaje (no me equivocaba).


Después de comernos un trozaco de bizcocho de chocolate (slurp) que había llevado V. nos acomodamos para descansar un poco. V. cerró sus ojitos diciendo: "voy a descansar un poco la cabeza", yo me dispuse a hacer lo mismo, pero nada más cerrar los ojos (hay una cosa importante que me diferencia del resto de la gente normal: ellos duermen, yo no) escuché en las noticias: "...y el barril de petróleo se sitúa en los 38 dólares..." ¡piiiiiiiiiiiiiiiing! la parte financiera y especuladora de mi cerebro despertó de su letargo y comenzó a maquinar... Entre eso y que los críos no paraban de corretear por todo el barco chillando "Pepito esta vomitandooooooooo" no pude pegar ojo. Nada fuera de lo normal.


Llegamos a Santa Cruz y volver a ver esa ciudad me llenó de hermosos recuerdos. La Avenida de Anaga, la plaza de la Candelaria, la Calle Castillo, Méndez Núñez, el parque García Sanabria.... si tuviera que elegir entre Las Palmas, como ciudad, y Santa Cruz, me quedaba con la segunda.

Allí,  M. una amiga de V. y ahora también amiga mía, nos esperaba para recogernos y llevarnos al hotel. Una vez allí, dejamos las cosas, nos cambiamos y fuimos al auditorio a disfrutar del espectáculo.


Les Luthiers: INCREIBLES. El espectáculo se me pasó volando, cuando quise darme cuenta, ya se estaban despidiendo... snif. Volveré a verlos, lo prometo.


Después del espectáculo M. nos recogió y volvimos al hotel para luego ir a tomarnos alguito por ahí, se suponía que no tardaríamos mucho... y nos dieron las tantas de la madrugada, total que no dorminos en toda la noche. Nos tomamos unas cervecitas con baile y risas incluido y volvimos al hotel con el tiempo casi justo de coger las cosas e ir a por el barco.


Lo más increíble, y es a lo que voy, es que últimamente tengo la sensación de que a la gente nueva que conozco es como si los conociera de toda la vida. Hay una conexión tan especial, una fluidez y un buen rollo increíble. No sé si será por la predisposición a la buena onda que tengo o porque con los años te ocupas de conocer solo a gente que te aporta lo que necesitas y vas alejando poco a poco de tu vida a las personas que te restan en vez de sumar.

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